Los cuadros eléctricos son el corazón de todos los sistemas de cableado eléctrico de cualquier propiedad. En este sentido, desempeñan un papel crucial en la distribución de energía de forma segura y eficiente. En concreto un cuadro eléctrico permite entre varias funciones:
- Detectar problemas en un circuito eléctrico y de esta manera proteger a las personas y los bienes ante cualquier incidente que pueda suscitarse. El cuadro eléctrico aísla los circuitos de potencia y de control de la red de alimentación general con este fin.
- Controlar el suministro eléctrico y evitar que sea interrumpido. Por ejemplo, esto puede lograrse en las salas de bombas, en las que dos bombas están conectadas hidráulicamente en paralelo. El cuadro eléctrico puede seleccionar alternadamente una u otra bomba. Esta acción además asegura que el desgaste se realice de forma igualitaria entre ambos equipos en este caso.
- Proteger a la instalación contra cortocircuitos (magnético) y sobrecargas (térmico).
- Controlar el encendido y el apagado de una o varias partes de la instalación y programar mediante el reloj acciones concretas a realizar. Este es el caso de los cuadros eléctricos para piscina en los que se puede determinar las horas en las que se llevará a cabo la filtración del agua.
- Permitir que la instalación funcione de forma automática y segura con facilidad y comodidad. Sin necesidad de que exista intervención humana o vigilancia permanente.
- Indicar a través de un tablero de control el funcionamiento adecuado de la instalación.
Componentes de protección de un cuadro eléctrico
- Disyuntor diferencial (interruptor diferencial ID o dispositivo diferencial residual DDR): protege a las personas de incidentes provocados por contacto con partes de la instalación energizadas o fugas de energía. También aseguran la instalación contra los incendios. Éste desconecta automáticamente al detectar cualquier avería o problema.
- Llave térmica o interruptor termomagnético: protege la instalación contra cortocircuitos y sobrecargas.
- Protector electrónico de sobre y baja tensión: interrumpe la energía eléctrica cuando la tensión varía o se interrumpe.
- Relevos térmicos o Relés térmicos de sobrecarga: protegen las instalaciones en caso de sobrecargas y recalentamientos por sobretensiones, averías de tensión, mecánicas o eléctricas en la propia instalación.
- Transformador reductor: proporciona una tensión de seguridad al circuito de control del sistema.
- Puesta a tierra: dirige de forma ocasional la corriente que se desvía a tierra, para impedir que las personas entrene en contacto con ella.
- Interruptores automáticos: en caso de cortocircuito o sobrecarga, permite seccionar o aislar partes de la instalación, apagarla o desactivarla.
¿Qué sucede si el cuadro eléctrico está averiado?
Seguramente en la apuesta a punto de tu bomba de agua o del funcionamiento de tu piscina, lo último en lo que piensas es en el cuadro eléctrico. Ciertamente, el mantenimiento de este componente podría acarrear una serie de consecuencias como:
- Una sobrecarga de energía que ocasione incendios en las instalaciones y bienes
- Un cortocircuito que pueda poner en riesgo la vida de las personas que tengan contacto con la instalación eléctrica.
- El deterioro de los cables y sistemas internos de la instalación. Una reparación difícil y costosa por ejemplo en el caso de las bombas de presión.
- Sobrecoste en la factura de la electricidad al no haber un uso adecuado de energía.
Estas problemáticas y muchas más pueden evitarse manteniendo el cuadro eléctrico en buen estado a partir de un correcto mantenimiento.
Vía: Google.